Skip to main content

Mariano Zufía: un hombre fundamental en los 25 años de la Cámara de Comptos

Argitalpen data

Pocos días después de celebrar unas jornadas técnicas con las que finalizaban los actos conmemorativos del 25 aniversario del restablecimiento de la Cámara de Comptos, nos llega la triste noticia del fallecimiento de Mariano Zufía, su primer presidente. Recientemente han sido varias las personas que han recordado su figura y su dilatada trayectoria política. Estas líneas pretenden complementar dicho punto de vista, poniendo el acento en su fundamental papel en la creación y asentamiento de la institución que tengo el honor de presidir.

Desde aquel primer legislativo salido de las urnas de 1979, Mariano Zufía apostó firmemente por rescatar del olvido histórico el tribunal de cuentas del Reino de Navarra, dotándolo de las competencias propias de un órgano de control externo en una sociedad democrática. La institución inició su recorrido a través de una norma aprobada por el Parlamento de Navarra en enero de 1980, después de un intenso debate en el que Mariano Zufía participó activamente desde su puesto de secretario de la Comisión de Régimen Foral.

Sabido es que la Cámara de Comptos se convirtió en principal punto de discordia entre los negociadores del Amejoramiento del Fuero, pues los representantes navarros reclamaban competencias exclusivas para fiscalizar los fondos públicos y los del Estado se negaban a plasmar en una ley dicha exclusividad para salvaguardar el carácter de ?supremo órgano fiscalizador? que la constitución atribuye al Tribunal de Cuentas. También en aquel debate Mariano Zufía dio ejemplo de firmeza en la defensa de los derechos históricos de Navarra ?pues no cabe olvidar que nunca el Estado había tenido competencias para fiscalizar las cuentas de Navarra- y de la propia institución. Sirva como muestra esta frase suya pronunciada en el pleno del Parlamento el 16 de octubre de 1981: ?En este momento lo que hemos de decir a la comisión negociadora es que se debe mantener firme, intransigente totalmente en el tema de la Cámara de Comptos en cuanto a su carácter excluyente de intervención de otros órganos dependientes directamente de la administración central o del Estado?.

Un mes más tarde el Parlamento nombró a Zufía presidente de la institución, lo que le hizo enfrentarse a un reto ilusionante para cualquier navarro, pero también complicado por un doble motivo. Por una parte, porque Navarra era la primera comunidad que se dotaba de un tribunal de cuentas y, por tanto, no existía un modelo del que aprender. Además, a nadie se le escapa la dificultad de iniciar la andadura de una institución que debe fiscalizar a unos gestores no acostumbrados a rendir cuentas ante terceros, y menos a que el resultado de esa labor fuera hecho público. Hombre curtido en muchas batallas, su amplia experiencia seguramente le permitió afrontar esas dificultades con serenidad y prudencia, consiguiendo asentar una institución en cuya importante labor creía profundamente.

Además de formar el inicial equipo humano, Mariano Zufía se esforzó por dar a conocer la institución en la sociedad navarra a través de iniciativas como las exitosas jornadas celebradas en el Museo de Navarra en noviembre de 1983. En aquella época impulsó el anteproyecto de ley de la Cámara de Comptos, necesaria para dotar a la nueva institución de una regulación más completa.

Al tiempo que la nueva normativa aprobada a finales de 1984 permitía extender la labor de fiscalización a todas las administraciones públicas de Navarra, Zufía lideró la coordinación de las instituciones de control propiciando iniciativas hoy asentadas, como los primeros Encuentros Técnicos de los Órganos de Control Externo, celebrados en Pamplona en 1987.

Mariano Zufía finalizó su labor al frente de la Cámara de Comptos en 1991, aunque su retirada no le impidió seguir ?con tanto interés como discreción- la evolución de una institución que él había ayudado a nacer y por la que, como todo padre, sentía un gran cariño.

El pasado mes de febrero participó en el acto institucional organizado en el Parlamento de Navarra que dio inicio a los actos de conmemoración del 25 aniversario del restablecimiento de la Cámara de Comptos. Por testimonios de familiares sabemos que en su reciente estancia en el hospital se interesó por las informaciones sobre las jornadas organizadas en noviembre para cerrar el ciclo de actividades de este aniversario y a las que, por supuesto, Mariano estaba invitado. Su hospitalización le impidió estar con nosotros y, por desgracia, tampoco lo veremos estos días en su tradicional y breve visita navideña.

No obstante, estoy seguro de que su recuerdo siempre permanecerá entre quienes desempeñamos nuestra labor en la Cámara de Comptos, institución en cuyo nacimiento y consolidación Mariano Zufía fue un personaje clave. Convencido de que tanto nosotros como todos los navarros tenemos una deuda con él, me gustaría que estas líneas sirvieran como sencillo y sentido homenaje hacia su persona.