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Despedida a nuestro compañero Patxi Etayo

Fecha publicación

Esta mañana hemos despedido en el Cementerio de Pamplona a nuestro compañero Patxi Etayo, fallecido el pasado sábado a consecuencia de una enfermedad detectada hace algo más de dos años. El funeral se celebrará esta tarde, a las siete, en la Iglesia de San Nicolás.

Patxi Etayo se incorporó a la Cámara de Comptos en junio de 1983. La institución apenas llevaba un año en marcha y su reducido equipo trabajaba en un espacio cedido por el Parlamento de Navarra en su antigua sede de la calle Arrieta. Patxi, que había desarrollado labores administrativas en la Seguridad Social, consiguió una plaza de auxiliar administrativo. Inició así una larga y fructífera carrera profesional en la institución de control, en la que permaneció treinta y cinco años hasta su reciente jubilación.

La de Patxi Etayo no solo ha sido una dilatada trayectoria, sino también muy rica en experiencia profesional. De hecho, ningún otro funcionario de nuestra institución ha pasado por tantos puestos. Como señalábamos, se incorporó a la institución como auxiliar administrativo. Al poco tiempo, accedió a una plaza de ayudante de Auditoría y en 1989 consiguió una plaza de técnico de Auditoría que compatibilizó con el cargo de interventor de la institución. Posteriormente ejerció como letrado y auditor de la Cámara de Comptos.

Esa progresión en su carrera ha sido posible por su interés por la formación permanente, tanto en la propia institución como fuera de ella. De hecho, además de participar en numerosas acciones formativas relacionadas con la Auditoría Pública, Patxi Etayo se licenció en Derecho mientras trabajaba en la Cámara de Comptos.

Hasta aquí el resumen de una vida profesional que, por supuesto, no agota ni de lejos el recuerdo de una persona con la que hemos convivido tanto tiempo. Así que intentemos hablar de la persona, de los sentimientos hacia un compañero y amigo. Un terreno este, confesémoslo, algo más complicado que elegir una muestra de expedientes, cuadrar balances o incluso emitir una opinión de auditoría.

A Patxi Etayo lo recordaremos –y una persona no desaparece mientras dura su recuerdo- como un hombre culto, intelectualmente inquieto y, por tanto, gran lector. El autor de estas líneas, aficionado a los periódicos de papel hoy en declive, recuerda su mesa siempre con media docena de ejemplares de prensa del día que traía bajo el brazo al entrar cada mañana a nuestra sede de la calle Ansoleaga.

Patxi ha sido también una persona agradable, elegante por dentro y por fuera, muy educado y discreto. Un compañero que sabía escuchar, virtud ésta asociada a la gente inteligente como él, y cuyas medidas intervenciones siempre tenían el condimento de la fina ironía.

Patxi Etayo, riguroso profesional, ha sabido también disfrutar de la vida más allá del trabajo. Tenía en mente el carpe diem, tal como ha destacado esta mañana su sobrino en el Cementerio de Pamplona. Se refería a esos ratos compartidos con la familia y amigos en torno a un aperitivo o comida, de los que también sus compañeros hemos sido partícipes en muchas ocasiones.

Cerramos los ojos en busca de la imagen y ahí está Patxi: con la sonrisa en la boca y una deliciosa Voll-Damm en la mano. En la triste hora del adiós, tal vez lo mejor sea recuperar esa escena y brindar con Patxi, brindar por Patxi. Por la suerte que también nosotros, tus compañeros y compañeras de la Cámara de Comptos, hemos tenido de trabajar tantos años junto a ti.